Es un hecho que la forma de diseñar, idear y confeccionar ropa ha cambiado mucho en los últimos dos años debido al auge de la inteligencia artificial. Estamos viendo otro tipo de revolución en la industria que ofrece nuevos panoramas, con nuevas funciones, peligros, dudas, donde también surgen muchos dilemas éticos.
Ahora, los diseñadores tienen la posibilidad de dar forma a sus ideas con la IA. Los publicistas pueden programar campañas de forma más rápida y eficiente. Para muchos, esto es un arma de doble filo, ya que creen que cualquiera puede sentarse y hacer una colección con estas herramientas; otros se sienten atacados por el vacío legal que hay en relación con el plagio en el que pueden incurrir estos diseños.
Estas herramientas usan grandes volúmenes de datos para generar un resultado, y entre esos datos pueden estar diseños que ya alguien ha publicado en la web o en su portafolio. A pesar de que simplifican procesos productivos en la industria de la moda, es un tema delicado que tiene en ascuas a muchos creadores.
Un cuento corto sobre el origen de la IA
Lo primero que hay que saber es que la inteligencia artificial no es algo que nació en el 2024, ni el año anterior: ha estado presente desde que se empezaron a implementar modelos computacionales, matemáticos y de gestión de volúmenes de datos.
Fue en el año 1956 que el matemático John McCarthy acuñó por primera vez el término «inteligencia artificial» en una conferencia que él mismo organizó en la Universidad Dartmouth.
Sin embargo, una década antes, Warren McCulloch y Walter Pitts crearon el primer modelo de redes neuronales que demostraba la forma en que operan las funciones cerebrales. Este sirvió para el desarrollo de los ordenadores digitales.
La IA intenta simular a la inteligencia humana. Ella aprende, procesa una gran cantidad de datos, detecta tendencias y produce resultados en corto tiempo, en comparación a lo que tardaría la mente de una persona.
El uso de la Inteligencia Artificial en la moda
En la moda, las tendencias han sido impuestas por las grandes marcas. Pero desde la masificación de las comunicaciones, y especialmente en la última década, con el auge de las redes sociales, las personas tienen un rol más activo; las marcas analizan el comportamiento de sus clientes para prever qué estará de moda en el futuro.
Existen incluso los llamados coolhunters, que se dedican a cazar estos estilos antes de que se vuelvan una tendencia. Con la capacidad de análisis de datos de la inteligencia artificial, se automatiza y se vuelve más eficiente el proceso de analizar los comportamientos y predecir lo que vendrá.
En febrero, la Academia de Moda UCAB ofreció una charla sobre el uso de la IA en la moda, dictada por la profesora Micaela Clubourg del LCI Barcelona. Desde su punto de vista, la IA presenta algunas ventajas para los diseñadores.
- Ahorro de tiempo: acelera el proceso de crear bocetos o diseños. Por ejemplo: una sesión fotográfica para una campaña publicitaria de una colección puede tomar días. Herramientas como Botika permiten mostrar piezas de ropa en modelos generados por la IA.
- Sostenibilidad: reduce pasos, por ende el impacto que se genera hasta llegar a un producto final. En el caso de las sesiones fotográficas, evita los pasos que implican transporte, comidas del personal, electricidad, cambios de ropa o el desgaste físico de las personas que modelan.
- Reducción de costos: Al reducir los pasos que toma la creación de un diseño o de una fotografía, los costos también se reducen. El pago de una modelo real puede oscilar entre $200-$300 por sesión. Las herramientas de IA, en cambio, tienen suscripciones desde los $30.
- Oportunidad: La Inteligencia Artificial requiere de programadores que las creen y mantengan. Por lo tanto, el auge de las IA abre un nuevo campo laboral para las personas que se dedican a esta labor y a su aplicación en diversas áreas.
Sin embargo, Clubourg también mencionó algunas desventajas relacionadas con el uso de la IA.
- Nuevas tecnologías: A pesar de que se está estudiando el desarrollo de las IA desde hace décadas, su implementación masiva es un fenómeno reciente y el ecosistema aún se encuentra en la fase inicial, donde cada mes surgen nuevas iniciativas y aún no contamos con opciones sólidas.
Esto dificulta su aplicación, al no saber cuál alternativa es más apropiada o funcional. - Miedo: al ser una tecnología tan revolucionaria hay personas que piensan que se quedarán sin trabajo. Estas herramientas de IA simplifican procesos, y en la misma medida obligan a las personas a adaptarse a su uso.
Entonces, para superar esta incertidumbre de la pérdida del trabajo, las personas deben desarrollar habilidades y adaptarse a la implementación de la Inteligencia Artificial.
A estas desventajas hay que agregar que hay una mayor capacidad de plagio, que surge de la forma en que las IA generan sus creaciones. Estas herramientas analizan datos de redes sociales, páginas web, y otras plataformas, donde toman ideas originales de diseñadores y, con base en estas, realizan su diseño.
También es notable el gran consumo energético que generan. Según analistas de Wells Fargo, el consumo energético en Estados Unidos podría aumentar un 20% de aquí al 2030 debido al uso de la IA.
En cuanto al dilema ético, algunos diseñadores han denunciado a marcas de fast fashion como SHEIN, debido a que esta desarrolla algoritmos que son capaces de copiar exactamente las creaciones de artistas reales.
En el mismo sentido, los diseñadores tienen herramientas legales con las que pueden protegerse de los plagiadores. Sin embargo, esto implicaría una batalla legal contra empresas transnacionales, como SHEIN, que cuentan con más recursos para sostener una batalla legal.
Debido a estos riesgos, ya hay algunas regulaciones para estas herramientas. En la Unión Europea entró en vigor el 2 de febrero de este año la Ley de Inteligencia Artificial, para proteger la propiedad intelectual de artistas bajo su jurisdicción.
Sin embargo, algunos expertos consideran que esta ley es insuficiente para frenar el plagio que cometen las grandes empresas hacia pequeños creadores, por medio de esta tecnología.
La profesora Clubourg puntualizó en su charla algunas tareas claves en el sector de la moda que se pueden optimizar con el uso de la Inteligencia Artificial.
- La creación de moodboards: El uso de herramientas como Neural Fashion permite generar imágenes mediante modelos que el diseñador introduzca.

- Nuevas estrategias de comunicación: Al ocurrir en un entorno digital, las creaciones hechas por la IA pueden ser más versátiles, mediante la creación de nuevos escenarios, desfiles digitales y modelos.
- Marketing: Mediante el desarrollo de campañas publicitarias y la automatización de procesos de ventas se puede optimizar el área de marketing para potenciar el rendimiento económico.
- Comercialización: con la venta on demand, que se encarga de vender primero el producto y luego producir. Esto también presenta ventajas importantes en cuanto a la reducción de costos y residuos.

Los avances en la IA seguirán ocurriendo de manera acelerada y los diseñadores, editores y publicistas que aprendan a trabajar con ellas tendrán una ventaja. Sin embargo, hay que mantener un equilibrio entre su uso y el trabajo creativo, humano y manual.
También hay que buscar formas de protección de propiedad intelectual que sean efectivas para evitar el plagio a creadores emergentes, y organizarse ante las grandes empresas que abusan de estas herramientas. Si no, el futuro será caluroso y agobiante.
El año pasado el mundo superó los 1.5 °C de calentamiento que los científicos consideraron como el punto de no retorno. Si seguimos utilizando tecnologías sin considerar o contrarrestar su impacto ambiental, la temperatura seguirá aumentando.
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