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Collage: Laura Jean. Fotografías: Israel Chona.

La identidad personal a través del vestir y Caracas como medio de expresión

Las personas se componen de referencias, elementos, formas y texturas. Esto se refleja a la hora de comer, hablar, escribir, actuar e incluso en el vestir. Todo esto forma parte de nuestra identidad.

Como sociedad estamos acostumbrades a seguir ciertas costumbres o patrones por ser lo «socialmente correcto». Es por esto que, el tratar de conseguir nuestra identidad, nos cuesta tanto. No importa cuánto nos guste algo, siempre habrá alguien que opine sobre nuestro físico.

Gracias al mundo de la moda nos podemos expresar, ya sea con piezas que adquirimos porque están en tendencia o con prendas de nuestro propio clóset, que nos ayudan a construir un outfit con armonía por sus colores y texturas.

La selección de prendas al vestir va acompañada de los gustos de cada persona, qué siente en ese momento y qué quiere que los demás vean. Por eso es tan importante desarrollar los gustos personales. 

Cuando hablamos de identidad personal, el «buen gusto», una frase bastante ambigua, sale a la luz. No es lo mismo verse bien con hombreras ahorita o que no se considere tacky, cuando en los 80 tanto mujeres como hombres eran el clon de alguien más usando las mismas características.

Al momento de vestir, muches comentan que hay piezas que quieren ponerse pero «no les luce», «se les ve mal», y esto se debe a la falta de confianza en sí mismo para usarla. Además están las implicaciones que eso conlleva, ya sea por críticas sociales o aspectos geográficos.

¿Qué podemos hacer para que esto cambie?

En Latinoamérica la burla y la crítica son comunes para quien se ve diferente. No necesariamente debe verse mal para los ojos de los demás, es solo por destacar dentro de un grupo. Este outshowing que expresa libertad, creatividad y originalidad suele ser marginado, visto como exagerado o catalogado como raro.

Acá algunos consejos para vestir con más seguridad:

  1. Revisa en tu clóset qué piezas te hacen sentir que llevas un disfraz: si puedes modificarlas o transformarlas, sácalas de esta pila
  2. Estudia tu paleta de colores: usa los colores que más predominen y, con un círculo cromático, haz las combinaciones que más te gusten.
  3. Define si tienes más prendas ceñidas que oversize: esto te ayudará a sentirte mejor con tu cuerpo, qué quieres mostrar y qué no.
  4. Aunque no lo creas, el tener claro las texturas es importante: revisa si tienes muchas piezas bordadas, con aplicaciones, o si son totalmente plain. Dependiendo de esto, puedes jugar con tus piezas básicas.

Las primeras salidas en pandemia y lo que significó para la expresión de algunas personas

Las últimas generaciones somos hijas de las redes sociales y esto está formando parte del estilo de cada uno. Durante la cuarentena del 2020 aumentó la creación de contenido y de acá salieron muchos «fashionistas» o personas que mostraban su vestimenta o sus piezas.

Claramente se convirtió en un influencia para el resto de nosotres y es algo que noté en muchos bazares que comenzaron a hacerse recientemente en Caracas. Antes, en convenciones y otro tipo de eventos donde el anime y el kpop eran los protagonistas, les asistentes solían ir en cosplay. Sea porque era un personaje con el que se sentían representados o porque los acompañaron en momentos difíciles.

Hoy en día, este estilo ya no es un disfraz. Tomaron características que los definen como individuos y los convirtieron en parte de su identidad, sin importarle tanto la reacción que puedan generar. Este estilo poco a poco se hace mainstream.

La expresión de la identidad en lugares de Caracas

Nuestra bandera siempre ha sido «la ropa no tiene género» y en estos espacios lo podemos ver. Chicos usando falda, chicas usando cadenas y chaquetas grandes, personas con medias pantys, etc. Todo esto independiente de su identidad de género.

No hay un estilo marcado,  pero si predomina el negro con toques de color: naranja, rosa, verde o azul. Y, claro está, estampados de arcoíris representando a la comunidad LGBT+.

Estos espacios que se están abriendo de nuevo no son solo «un sitio de reunión», sino que se convierten en un safe space para personas que están descubriendo quiénes son y qué les gusta sin sentirse juzgades en el proceso.

Además de permitirle a muchas personas explorar con su expresión y su vestimenta, también es una oportunidad para les amantes de la moda, que vamos a conocer nuevos estilos y formas de vestir que surgen espontáneamente en nuestra ciudad.

Es el caso de Israel Chona, un fotógrafo que asiste a los bazares, atraído por los estilos que encuentra. Estos eventos generalmente son temáticos y las personas que asisten se adecúan al tema propuesto. La experiencia le parece similar a lo que ocurría en las convenciones de animé en Caracas, donde dió sus primeros pasos como fotógrafo.

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Israel Chona registra los distintos estilos que se encuentran en los bazares de Caracas.
Pude ver y fotografiar a cosplayers muy talentosos y, gracias a la aceptación de las fotos, tuve un crecimiento importante en mis redes sociales.
Israel Chona
Fotógrafo

Gracias a toda esta explosión de de estilos y combinaciones, decidí armarme de valor, acercarme a grabar y ver qué pasaba. Por un momento pensé que sería complicado, que se iban a cohibir. Pero en realidad, a pesar de sentir nervios, se ven emocionades al hablar de sus prendas.

No conforme con esto, decidí incluir la pregunta: cuál es tu profesión. Creemos que tenemos que vestirnos de cierta manera por la carrera que hayamos escogido o la que ejerzamos. Con esto, quise quitar ese chip.

Entender que el tener el cabello de colores no te hace un médico negligente; tener tatuajes visibles no impide que puedas ser bombero. Nuestra sociedad debe empezar a elegir la ética por encima de la estética a la hora de buscar trabajo o emplear a alguien.

La cantidad de piercings que podamos tener, los tatuajes que nos podamos haber hecho o tener el cabello de mil colores no es justificación para recibir abuso,  violencia o malos tratos. Con esto, quisiera normalizar que ser diferente no está mal, ser diferente no debería ser castigado.

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