Para lograr una moda más justa es necesaria la participación ciudadana y la influencia de distintos actores de la industria de la moda, como diseñadores, costureros o creativos. De esta manera, se propone actuar desde Fashion Revolution, un movimiento que busca impulsar el activismo de moda, transformando una industria que perjudica a sus principales trabajadores por medio de la explotación laboral.
Desde las oficinas de cada país donde está presente el movimiento se hacen campañas, eventos y proyectos, e incluso se incentivan políticas públicas. Recientemente, la oficina central en Europa, en conjunto con la Unión Europea, abogó por una legislación que garantizara un salario digno para trabajadores textiles en la región. La campaña, llamada Good Clothes, Fair Pay, reunió 200.000 firmas.
En el caso de Venezuela, el movimiento ha estado activo desde el 2021 con campañas digitales enfocadas en el activismo de moda, para promover los valores que se manejan desde la organización y priorizar la moda hecha en el país.
La participación del equipo local en las campañas globales ha sido contextualizada según nuestras propias realidades, pues la sociedad venezolana prioriza otras luchas sociales, restándole importancia a lo que sucede en la industria de la moda local.
Este año, con la nueva coordinación general impulsada por la activista de moda decolonial Mima Cortez, se tiene como principal objetivo descentralizar el movimiento de moda ética y transformar, en conjunto con personalidades y marcas locales, el sistema tradicional de moda.
El trueque de ropa como una herramienta para la transformación social
El equipo de Fashion Revolution Venezuela ha organizado 2 eventos de manera presencial este año: el primero en Valencia, Edo. Carabobo, en el marco de la Semana de Fashion Revolution, y el segundo, llamado De Ropa en Ropa, el sábado 26 de agosto en la ciudad de Caracas. En ambos se han hecho dinámicas de trueques para concientizar sobre el reúso de prendas.
En el evento De Ropa en Ropa colaboraron las participantes de la organización La Hora del Trueque, dirigida por Skailer Blanco. Se lograron recibir cerca de 200 piezas de casi 20 personas, truequeando alrededor de 170 prendas, según Skailer. Esta organización lleva más de 10 años implementando los trueques como una dinámica para desprenderse de prendas, conocer a otras personas y tener nuevas piezas en el closet con otras historias.
Además del trueque, se proyectó el documental Se Abrió Paca, producido por el equipo de Fashion Revolution Guatemala. La intención de mostrar la realidad de Guatemala con respecto a la ropa de segunda mano u outlet, es reflejar la misma situación socioeconómica en Venezuela, con respecto al crecimiento de departamentos en todo el país que revenden piezas usadas o que están nuevas, pero no lograron venderse en otras regiones.
Como comentó Mima Cortez, en el momento en que lxs participantes compartían sus puntos de vista al terminar la proyección:
También, algunos participantes del evento concordaron en que hay personas que prefieren comprar en departamentos nacionales, que también importan ropa y no es tan económica, que apoyar a diseñadores emergentes que estén produciendo de manera transparente y mostrando sus procesos creativos.
Cómo se está transformando la industria en Venezuela
Desde la organización Fashion Revolution Venezuela se busca mostrar los nuevos conceptos de diseñadores y marcas que han surgido en los últimos años, respetando la identidad local y apostando por el reúso creativo. Dos artistas fueron invitadxs para contar sus historias: Aldrin Bacadare, de la marca Bacadare, y Cacica Honta de Afrika Caribe.
En la marca Bacadare, Aldrin crea piezas textiles aplicando la técnica upcycling, y desde hace unos meses ha venido experimentando con el plástico de un solo uso: botellas. Con estas elabora accesorios como bolsos o carteras, combinados con otros materiales, para lograr una pieza de uso diario. Como artista plástico, Aldrin busca mezclar esta disciplina con la reutilización de materiales en desuso.
Afrika Caribe es una marca reconocida por elaborar prendas como bodys, franelas o vestidos con diseños y collages digitales hechos por Honta, la artista multidisciplinaria, quien también ha invitado a algunos compañeros creativos a colaborar en la creación de las artes. Desde la identidad de la marca se busca impulsar los elementos y características propias de ciertas zonas en Venezuela, haciendo un contraste entre el Caribe y el Amazonas.
La organización de este tipo de eventos son importantes para lograr consolidar una comunidad de consumidores, creadores y productores conscientes que se relacionen para lograr pequeños pero necesarios pasos para el movimiento de moda sostenible en el país.
Aunque en Venezuela la cultura del reúso en todos los sentidos ha estado presente, sobre todo en las familias de clase media, el descarte textil no es una práctica que nos imponen desde el mercadeo, como en otros países —incluso de Latinoamérica—. Al contrario, se va creando esa concientización desde nuestros hogares: no lo botes, regálalo a alguien más de tu familia, se escucha en cualquier casa cuando ya algo no da para más.
Pero, los pensamientos comunes de comprar por comprar sin pensar en la durabilidad o quién lo hizo, son un riesgo para aquellas personas que estén iniciando en la movida de moda local. ¿Cómo lograr que se incorpore el ciudadano común en un movimiento global que aboga por los derechos laborales y la producción ética?
Esclarecer nuestro panorama y entender nuestros contextos nos ayudan a poder construir comunidades que se incorporen en la movilización y participación de dinámicas sociales que se relacionen con el vestir. Por ejemplo, el trueque es una actividad presente desde siempre en nuestras sociedades y que hoy en día representa para los venezolanos una solución para vestir de manera accesible, a la vez que se apoya la moda circular y se experimenta con nuevos estilos.
Mientras sigan existiendo organizaciones de activismo de moda como Fashion Revolution Venezuela, que estudien y analicen la situación social del país frente al consumo —responsable— de moda, se podrán unir más personas que formen parte del movimiento. Porque al final los cambios sociales deben incorporar a toda la población, sin excluir o privilegiar a uno u otro sector.