Collage: Victory Abi

Los gases de efecto invernadero en la industria de la moda: ¿contribuyen al cambio climático?

El dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero (GEI) que se produce de forma natural en la Tierra. Es uno de los que componen la atmósfera, la capa de nuestro planeta que ayuda a regular el clima, proporciona el oxígeno y nos protege de los rayos del sol. 

Los procesos de producción de industrias y fábricas han desequilibrado la cantidad de estos componentes. A continuación explicamos cómo influye la moda en la producción de CO₂ y otros gases de efecto invernadero (GEI). 

La atmósfera está compuesta por nitrógeno (78%) y oxígeno (21%), junto con otros gases importantes como el ozono, el hidrógeno, el dióxido de carbono, el argón y otros gases nobles. Ellos impiden que parte del calor del Sol se propague hacia el espacio, haciendo la Tierra habitable.

La actividad humana ha desequilibrado la producción de estos gases, lo que afecta la temperatura de la tierra. A pesar de que por la crisis del COVID-19 haya habido un retroceso de hasta el 17% en sus emisiones, este no ha sido significativo.

Sus niveles siguen en desequilibrio e incluso hay una alerta mundial para que la temperatura no sobrepase el 1,5 °C anual. De superar este límite, las condiciones de vida en la tierra de aquí a 2030 se volverían más desfavorables para todos los seres vivos.

¿Cuántos gases de efecto invernadero produce la industria de la moda?

De acuerdo a un estudio publicado en 2020 por el Instituto de Recursos Mundiales (World Resources Institute o WRI), que evaluó las emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2016, el sector energético es el que más produce GEI, específicamente un 73%. En este porcentaje se incluye la producción y transporte de electricidad, combustibles fósiles, fertilizantes, manufactura de bienes de consumo, y la energía usada por edificios residenciales y comerciales.

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Producción de gases de efecto invernadero por industria. Fuente: Instituto de Recursos Mundiales.

Otro estudio del WRI, publicado en 2021 en conjunto con el Instituto del Impacto de la Ropa (Apparel Impact Institute), basado en investigaciones científicas, reveló que las emisiones de GEI por parte de la industria de la moda son de 2%, pero solo en la cadena de producción. Este análisis no toma en cuenta las emisiones asociadas al transporte de la ropa, o a lo que sucede con ella luego de que se comercializa.

Como responsable directo de las altas emisiones en la industria de la moda está la producción desmesurada de prendas, llevaba a cabo por las marcas de fast fashion. Shein, por ejemplo, es una de las marcas más populares actualmente, que se ha vuelto más popular que otras con más historia, como Nike o Adidas, por el bajo costo de sus prendas.

La gerente de mercadeo de Shein, Molly Miao, ha indicado que, como mínimo, elaboran de 50 a 100 piezas al día (lo que consideran un número bajo). Si la prenda se populariza, comienzan a producirla en masa para cubrir la demanda.

Un estudio llamado Synthetic Anonymous 2.0, publicado a finales del 2022 por la Changing Markets Foundation, en colaboración de Clean Clothes Campaing y Fashion Revolution, entre otras organizaciones, indicó que Shein genera 6.3 millones de toneladas de CO₂ al año.

Ciclos cortos de producción generan una ropa de poca calidad que debe ser desechada apenas se usa. Mucha de esta ropa no llega a ser vendida, por lo que terminan en los vertederos o siendo incinerada, lo que genera más GEI.

A New Textiles Economy, un estudio de la Fundación Ellen MacArthur, señala que menos del 1% de la ropa se recicla para crear nuevas prendas. Esta cifra incluye tanto ropa de segunda mano, como piezas que no se vendieron o quedaron en fábricas.

Un análisis de Stand.earth muestra la cantidad de CO₂ que emiten marcas como Zara, Nike o H&M, siendo la primera y la segunda las que más toneladas de CO₂ producen. Los gráficos también muestran a qué nivel llegarían en el 2030 si siguieran con sus métodos de producción actuales.

¿Qué pueden hacer las empresas para reducir su huella de carbono?

Como ya se ha comentado anteriormente, lo que más produce GEI es la industria energética, y en ella se incluye el transporte y combustible. Podemos ver en el estudio anterior que Zara, una de las marcas de fast fashion más reconocidas, es la que más toneladas de CO₂ emite, con un total para 2021 de 10,5 toneladas. Nike, por su parte, fue responsable de 9,6 mil toneladas de CO₂ en ese año.

Es necesario que estas empresas cambien sus modelos de negocio radicalmente, con una reducción drástica de su producción y una mayor conciencia del origen de su materia prima. Aunque la inversión necesaria es alta, el costo ambiental a largo plazo es mucho mayor.

Entonces, ¿qué acciones podrían tomar las marcas de fast fashion —y cualquier empresa que se dedique a producir ropa— para reducir su huella de carbono?

  • Reducir el número de colecciones que producen anualmente.
  • Invertir en tecnología para producir textiles a partir de material reciclable.
  • Fabricar ropa con textiles sostenibles. El algodón y el lino son de origen natural y contaminan menos que los sintéticos, como el poliéster. Sin embargo, su uso excesivo también es dañino para el ambiente.
  • Colaborar con labores de reforestación y recuperación de áreas verdes para disminuir el daño que han causado durante la producción de sus prendas.
  • Usar energías renovables en sus fábricas y cadenas de suministro, en vez de combustibles fósiles.
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