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Collage: Victory Abi

La ropa de segunda mano: su historia hasta nuestros días

El sábado 23 de septiembre retomamos nuestros Retazos de Lectura, el círculo de lectura teórico sobre moda. Esta vez, las sesiones son en los espacios de ECOEM, en el Multicentro Empresarial Los Palos Grandes. 

Durante dos sesiones, leímos un texto sobre la Historia global de la ropa de segunda mano, una práctica que muchas personas aplican hoy en día, a partir de un texto de Hanna Rose Shell. Comenzamos reflexionando sobre el hábito del vestir y lo que ha representado a lo largo de la historia.

Patricia V: Algo que me llamó la atención de lo que acabamos de leer es la protección contra la vergüenza. Para ese momento la vestimenta era muy diferente, tenías que estar tapada completamente. Pero hoy en día ya no llamamos a la ropa protección contra la vergüenza.    

Angélica S: ¿Cuáles son los riesgos de hoy en día? No hay vergüenza, pero sí hay mucha discriminación. Ahora te sacan de espacios, como centros comerciales, por tu vestimenta.

Durante el encuentro analizamos la exclusión social que ha existido desde siempre y su relación con la forma en que vestimos. En siglos pasados, las personas de clase alta podían vestir con telas de buena calidad y colores costosos, mientras que las clases más bajas vestían con prendas básicas y crudas, sin teñidos y hechas con los materiales menos costosos.

El comercio de ropa de segunda mano

El texto habla sobre la venta de prendas usadas como una profesión establecida. «La venta ambulante de trapos y ropa vieja se convirtió en una auténtica profesión dentro de una economía basada en las mercancías. Se trataba de una profesión de portabilidad».

Durante la conversación llevamos esta práctica a nuestro contexto actual, donde muchas personas siguen dedicándose al comercio de prendas usadas.

Angélica S: Hay muchas tiendas en Caracas de segunda mano que están haciendo un trabajo increíble. Es como una personalidad que ha surgido de manera interesante: rescatar ropa y revenderla.

Patricia V: Claro, ha surgido por el mismo fast fashion. Están estas personas que dicen que hay que agarrar estas prendas, arreglarlas, customizarlas, darles amor y conseguirles otros dueños. Vino de la necesidad de saber que estamos ahogados de ropa a nivel mundial.

Angélica S: Es interesante ver de dónde surge esa cultura de que si tengo más ropa es mejor. Me acordé de todas las series de live action, no en comiquitas, sino las de personas, que nunca repiten ropa. Y si repiten, es hasta ridiculizado. ¿De dónde viene esa necesidad? Es una cuestión de que nunca el personaje repite ropa en toda la serie.

Carlos G: Y esa costumbre también viene de las pasarelas, premios y Hollywood en general, de que los famosos no pueden usar el mismo vestido dos veces para una gala o un evento.

Dauny M: ¿Cómo sería si las personas solo repiten ropa? ¿Los diseñadores ya no tendrían que crear? Creo que también hay que encontrar un balance. Si todos los artistas dicen voy a usar la ropa que tengo desde hace 15 años, ¿qué posibilidades tendrían los diseñadores para enseñarle algo nuevo al mundo?

Patricia V: Yo creo que el problema de la moda no es la alta costura. En este caso, la alta costura es el arte dentro de la moda. Le pagan bien a esas personas por lo que hacen, se produce un solo ejemplar de un vestido. El problema es el consumo masivo y el desecho, es casi basura.

La autora del texto explica cómo en siglos anteriores, las prendas solían pasar mucho de una generación a otra o de una familia a otra. «En esos casos, llevaba consigo signos e indicadores del paso generacional».

Victory A: Algo del texto que me parece interesante es el concepto de «economía del regalo». Entonces nos preguntamos, ¿lo natural es regalar ropa? El sistema capitalista siempre nos termina quitando acciones que han estado presente en nuestros hogares. A veces mis primas me regalaban sus uniformes porque ya crecían, los zapatos, las camisas… Y eso también es moda circular.

Angélica S: A mí me gusta la moda circular, pero luego nos enfrentamos a otro contexto, la situación en general es ruda. Hay personas que necesitan salir adelante e inician sus negocios revendiendo ropa. Es el día a día que tienen que resolver. Por otro lado, también hay personas que traen ropa de afuera a un bajo precio y las venden a un precio altísimo.

A pesar de esto, la ropa de segunda mano es una alternativa más ética al fast fashion; no solo vestir, sino también comerciar ropa usada.

Juan M: Yo tengo una chaqueta de un equipo de baloncesto, que se la enviaron unas amigas a mi mamá desde Estados Unidos. La chaqueta salió superbuena, pero es chiquita y ya no me queda, es para alguien de 6 años. Quiero que alguien la use unos años, y luego se la pase a alguien más. La tela está intacta. Quiero que alguien la valore de verdad.

Luisa B: Es el valor y el sentido que le damos a la ropa, un poco lo que mencionan en el texto. Es como la memoria simbólica de la ropa, no histórica, que va de persona en persona, generación en generación.

Angélica S: A mí me gusta mi ropa, pero me dicen que cambie mi estilo, por tener otra edad. Se espera que vistas las tendencias, o si no te sacan de círculos sociales. Así que voy por lo vintage, lo de segunda mano, pero volví a caer en el fast fashion porque ahora me muevo en espacios empresariales y hay que estar más trendy.

Durante la segunda sesión conversamos sobre esta práctica, luego de la llegada de la producción masiva, gracias a la Revolución Industrial. La autora explica que, gracias a este tipo de producción, las prendas tuvieron una vida cada vez más corta y eran desechadas más fácilmente, pues eran más económicas.

El resultado del exceso fue un nuevo género y un conjunto de posibilidades para la ropa recuperada como medio de circulación, transformación e intercambio popular.
Hanna Rose Shell

Laura G: ¿Por qué no usar ropa de segunda mano? Tengo amigos en Europa, y van a cualquier lugar y compran ropa solo de segunda mano. Eso también puede ser algo común acá. Sí, hay personas que visten de segunda mano, pero es porque son personas de nuestro propio círculo social. Seguro hay gente que sale de su casa y vuelve con dos bolsas de ropa que no es de segunda mano.

En el texto se cuenta que, a principios del siglo XX, inmigrantes italianos y judíos recogían prendas usadas en zonas ricas de Nueva York y las vendían a recién llegados a un bajo costo.

Rossibell R: Creo que en este texto también se ve de alguna forma la venta estratégica. Pondré esta ropa más barata para que este público me la compre. No pasó porque tenía que pasar, sino que pasa porque saben qué población comprará este tipo de ropa. Justamente hoy pensaba en que tengo rato que no me junto con personas que visten de ropa de segunda mano. Yo creo que lo pasa es que en el interior del país tienen otras necesidades y realidades diferentes de Caracas.

Juan M: A medida que nos comunicamos con nuestra ropa podemos alargar su vida, yo uso una misma pieza varias veces. Algo que aplico cuando sudo mucho es airearla porque puede caerle hongo, luego la doblo y la guardo.

Con la llegada del fast fashion en las últimas décadas, la ropa fue cada vez de menor calidad. Por esto, los cuidados que exige para mantenerse útil son mayores, y hay mucho más descarte.

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