Moda x El Futuro

Durante mucho tiempo la moda se ha considerado algo banal, sin importancia y femenino. Así como se descarta la moda como algo de importancia para la sociedad, también se subestima su impacto negativo.

Los movimientos ecologistas olvidan la dejan de lado, más preocupados por el efecto de los hidrocarburos o la agricultura. Poco a poco, sin embargo, los amantes de la moda han puesto en la mesa el gran impacto que la industria de la moda tiene en el ambiente, la contribución del sector textil a la contaminación de nuestros ecosistemas y la necesidad urgente de generar un cambio también desde aquí.

Aunque tenemos problemas más notorios, como la deforestación o la minería ilegal, no hay que olvidar que nos vestimos todos los días y la mayoría desconocemos el origen de la ropa que usamos.

Por eso estamos hoy aquí, levantando la voz por todas las injusticias que ocurren dentro de la industria de la moda, pero también demostrando que existe una solución, y que el problema no es nuestra culpa, pero sí que podemos ser parte del cambio.

La industria global de la moda se basa en la producción desenfrenada. Alienta el consumismo y el descarte. Contra esto, nuestra respuesta es usar la ropa que ya tenemos en nuestros closets. Comprar a marcas locales o en tiendas de segunda mano, conscientes de lo que hacemos y de a quién estamos apoyando. 

Construimos nuestro propio concepto de moda porque queremos una moda que sea ética y justa. Justa con el ambiente y con las personas. Entendemos que el fast fashion no es nuestra culpa, pero sí podemos ser parte de la solución.

En Venezuela, el fast fashion es un problema invisible. Mientras ignoramos todo lo que está detrás de esta industria, marcas locales explotan a sus trabajadoras y trabajadores textiles. El trabajo creativo de las diseñadoras y diseñadores no es valorado ni remunerado.

Las marcas ‘sostenibles’, que crean piezas que no contaminan a costos elevados, no hacen nada contra este problema. Las alternativas ecológicas tienen que estar al alcance de todas las personas, no de solo un sector de la población.

La moda consciente, sostenible y ética debe ser inclusiva en todos los aspectos. De lo contrario, no estamos cambiando nada.

Por eso debemos promover, entre todas, todes y todos, las alternativas al sistema de producción masiva de ropa. Donde se respeten los derechos humanos, se dé oportunidad a personas diversas y se acaben los estigmas con el uso de la ropa usada.